por Jorge Gálvez (Integrante del Partido igualdad de Chile)
En la madrugada del miércoles 21 de febrero el ex teniente venezolano Ronald Ojeda Moreno fue presuntamente secuestrado en su residencia por un comando armado que se hizo pasar por policía de inmigración. Según reportes, el suceso ocurrió en un piso 14 a las 3:15 a.m., y quedó registrado por las cámaras de seguridad del edificio. Los perpetradores, enmascarados en todo momento, se llevaron a Ojeda Moreno sin dejar rastro aparente.
La mano de los EEUU y entorno de Guaidó
Lo extraño que las denuncias del secuestro se anuncian no desde Chile, sino desde el extranjero, específicamente en EEUU. Este aspecto, sumado a diversas ambigüedades en torno al incidente, ha generado sospechas sobre la veracidad de los acontecimientos.
De esta manera, resulta llamativo que uno de los primeros en pronunciarse sobre el secuestro fuera Iván Simonovis, quien reside en territorio estadounidense desde 2019. Simonovis, conocido por sus lazos con la CIA y su cercanía con Juan Guaidó, ha sido previamente señalado por difundir desinformación contra el gobierno venezolano. En esta ocasión, sin presentar pruebas contundentes, acusó a funcionarios de la Dirección General de Contrainteligencia Militar de Venezuela (DGCIM) como responsables del secuestro. Somonovis no es la primera vez que instala actos de desinformación contra Venezuela, ya inventó sin ningún sustento real que en el país bolivariano existía la presencia de fuerzas de Hezbolá preparándose militarmente, lo cual fue descartado no solo por el gobierno sino por entidades internacionales.
Otro elemento que alimenta las dudas es la participación de Guarequena Gutiérrez, supuesta embajadora en Chile designada por Guaidó. Gutiérrez, quien estuvo desaparecida durante más de dos años, repitió el mismo relato que Simonovis en una entrevista concedida a un medio periodístico local. Este evento fue seguido por una rápida difusión de la información por parte de un grupo de influencers de extrema derecha, generando una propagación masiva del relato. En cosas de una hora el relato digitalizado por Simonovis desde los EEUU, impulsado por Gutiérrez en Chile, estaba viralizado no solo en el país, sino en toda América Latina, mostrando una clara coordinación de inteligencia y desinformación por aparatos que actúan en EEUU y en Chile.
Con el “aporte” de Simonovis y la simultánea “acústica” de la seudo “embajadora” de Guaidó, no hay mucho margen de error, ya que obedece a una maniobra típica de los EEUU, para generar conflicto entre los gobiernos chileno y venezolano, buscando aislar más además a Venezuela en el marco de las elecciones que se vienen por la Presidencia del país.
Quién es Ronald Ojeda
Ronald Ojeda Moreno, el supuesto secuestrado, es una figura controvertida con antecedentes que plantean interrogantes sobre su papel en esta trama. Anteriormente fue degradado por traición por el gobierno venezolano debido a su participación en la “Operación Brazalete Blanco”, un plan para derrocar al presidente Nicolás Maduro. Ojeda Moreno, acusado de terrorismo y traición a la patria, escapó de prisión en 2017 y recibió asilo en Chile.
Desde su llegada a Chile, Ojeda Moreno ha estado vinculado a actividades que desafían su condición de refugiado, incluyendo presuntos vínculos con grupos paramilitares y carteles del narcotráfico.
Fuerzas extranjeras
Diversos sectores políticos de Chile han manifestado su rechazo a una supuesta intervención en territorio nacional de fuerzas ligadas al gobierno de Venezuela. Sin embargo, si bien toda intromisión extranjera es repudiable y debe ser rechazada contundentemente, primero debemos identificar bien quiénes son esas fuerzas que operan impunemente en territorio nacional. Hay pruebas suficientes para concluir que grupos paramilitares de ultraderecha venezolanos se reúnen y planifican desde Chile acciones contra Venezuela, así como también las bandas de narcotraficantes como el “Tren de Aragua“, que avanzan con una clara agenda de apoderarse de instituciones en el ámbito nacional. Las relaciones de los paramilitares con las bandas de narcotráfico y su vinculación con la CIA son muy conocidas en América Latina desde décadas.
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