MANIFIESTO DE LAS CANDIDATAS Y CANDIDATOS A CORE POR UN CHILE DIGNO

En vísperas de un segundo aniversario del levantamiento social y popular del 18 de octubre de 2019, las y los candidatos a CORE del pacto POR UN CHILE DIGNO, declaramos que el espíritu del levantamiento tiene que seguir vivo en el pueblo chileno, y en especial en los candidatos que estamos comprometidos con el proceso constituyente, para que la lucha dé los frutos buscados y el proceso iniciado no se enchueque.

Nuestra lista, compuesta en su gran mayoría por dirigentas y dirigentes populares, está comprometida a seguir impulsando las luchas de las comunidades por su dignidad y derechos. Nuestro rol será exigir que los Gobiernos Regionales se conviertan en herramientas de transformación política, social y económica. Mediante acciones de construcción de soberanía colectiva, de oposición y transformación del modelo neoliberal en los distintos ámbitos regionales, nuestro desempeño será hacer realidad el mandato político de la ciudadanía organizada. Seremos una herramienta de las comunidades y movimientos sociales para transformar la actual institucionalidad en crisis. Para ello, exigiremos y pediremos a la convención que termine con la figura del delegado presidencial en las regiones y disponga que los gobiernos regionales sean gobierno con plena participación y poder de las comunidades sobre el territorio que habitan.

Impulsaremos la alianza con el nuevo municipalismo que emerge junto al proceso constituyente, imprimiendo a éste una práctica descentralizadora capaz de desbordar a las actuales élites regionales, símiles del poder central, trasladando procesos de planificación territorial, direccionalidad económica y ejecución de la iniciativa pública a la voluntad directa de las comunidades.

Las posiciones y decisiones en los ámbitos de inversión, planificación y política pública impulsadas por nuestro pacto irán más allá de los limitados y estrechos marcos de la falsa “descentralización” que nos han impuesto en los últimos cuarenta años. Porque la descentralización verdadera es democratizar, es construir poder local, es participación pública vinculante. Mediante el diálogo de saberes populares y científicos, promoveremos medidas que pongan fin al sacrificio socio ambiental y hagan retroceder el modelo extractivista neoliberal. Impulsaremos un modelo de cultura regenerativa, que inicie la transición hacia una nueva sociedad, con economías regionales solidarias, de justicia y equidad. Medidas de fortalecimiento de la industria regional, fomento de economía local y soberanía alimentaria, urgentes para enfrentar la crisis social y ambiental, incorporando nuevas relaciones productivas, para abrir paso a una nueva institucionalidad inclusiva, basada en las fuerzas culturales de las regiones, garante de la participación plena y vinculante de las mayorías sociales.

Aliados entre regiones colindantes, o en base a problemas e intereses comunes, buscaremos disputar ante el poder central -mediante la presión y la negociación- atribuciones efectivas, presupuestos robustos y tributación territorial plena, a la vez que reorientar la inversión pública hacia fines públicos, hacia la reconversión sustentable, la regeneración ambiental y social y la planificación por cuencas basada en modelos de infraestructura verde, implicando en ello la nueva distribución de poder democrática y participativa en los territorios y soluciones basadas en la justicia territorial.

Como consejerías regionales constituyentes y anticapitalistas, junto a las trabajadoras y trabajadores, junto a las comunidades y fuerzas sociales que son y serán expresión de estas realidades socioeconómicas, con sus luchas y anhelos de justicia y cambio, construiremos los nuevos proyectos regionales para avanzar al buen vivir para todas y todos.
POR UN CHILE DIGNO PARA TODAS Y TODOS

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