Ayer en una comisión de la cámara de diputados tenían que avanzar los parlamentarios en el proyecto de ley que permitirá ANULAR la ley de pesca que le dictó al parlamento la industria pesquera: Tal y como ha quedado demostrado judicialmente, una ley CORRUPTA.
Bien financiados legal e ilegalmente, hasta el mismísimo Pablo Longueira recibió sus buenas chauchas por una ley que básicamente ha demostrado dos cosas:
1. Está destruyendo los ecosistemas marítimos gracias a la pesca de arrastre.
2. Ha convertido en delincuentes a familias enteras que por varias generaciones se dedicaron a la pesca artesanal.
Decimos que no es sano para el país que siga vigente una ley que nació corrupta y que hoy hambrea a miles de familias.
Pero ayer, que se jugaba un paso importante en anular esa ley maldita, ¿dónde estaba la derecha chilena?, seguramente en alguna parte enarbolando las banderas del terror político, asustando con los inmigrantes, asustando con la identidad de género o el derecho al aborto. Especulando, asustando, generando temor en la población porque no hay cosa que hagan mejor que esa.
Ayer, cuando se necesitaban los votos de la derecha para devolverle el pan a la mesa de familias de compatriotas la derecha nuevamente no estuvo, y no estuvo porque tienen claro quién es el amo y a quién deben servir y el amo de la derecha nunca serán los pueblos de Chile.
La Patria de la derecha es el mercado.
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