La situación política interna por la que atraviesa el Frente Amplio es nuevamente compleja y parte de ella se desarrolla a través de los medios de comunicación. En ese escenario, claramente hay quienes tienen acceso privilegiado a ellos y otros que no.
Hemos entregado nuestro apoyo absoluto a la diputada Pamela Jiles porque ha sido consecuente y coherente en su defensa a las víctimas de las violaciones a los Derechos Humanos desde siempre. Aplaudimos la digna manera que tuvo al momento de encarar a uno de los civiles de la dictadura que tuvo el descaro de tratar a esas víctimas como “terroristas con aguinaldo” y la verdad habríamos esperado la misma reacción de toda la bancada del Frente Amplio.
La unanimidad con la que fue sancionada en la Comisión de Ética de la Cámara de Diputados nos violentó especialmente porque fue posible gracias a los votos de dos parlamentarios del mismo bloque de la diputada, los señores Vlado Mirosevic y Renato Garín. Hoy, una serie de antecedentes y confirmación de versiones entregan un elemento adicional que debiera ser abordado en serio por el conjunto de fuerzas políticas que integramos el Frente Amplio: ambos diputados, no solo dieron sus votos para tal unanimidad, además, hicieron lobby con otros parlamentarios para que la sanción a la diputada Jiles fuese posible. Esta conducta política fratricida es una enorme señal de alerta sobre el rumbo de esta alianza.
¿Qué podemos esperar las fuerzas políticas y sociales de los pueblos en lucha que integramos el Frente Amplio de semejantes actitudes?, ¿De qué lado van a estar mañana? ¿Junto a los oprimidos o junto a la institucionalidad de los opresores?.
Partido Igualdad
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