Challa: el Frente Amplio y la pugna RD-MA

Ayer, cuando 150 familias -de 670- recibían las llaves de sus departamentos, las banderas del Movimiento de Pobladoras y Pobladores en Lucha (MPL) flameaban más orgullosas que nunca. Ganar un paño estratégico de suelo en Peñalolén, destinado ahora para la construcción exclusiva de viviendas sociales, se da solo como parte de un proceso de lucha que le permitió a centenares de vecinos y vecinas abrir los ojos, entender el mercado inmobiliario, el rol del Estado, el Neoliberalismo y el lugar que ellos y ellas, en tanto hijos e hijas de nuestro pueblo, ocupan en este país.

El MPL es una de las organizaciones fundacionales del Partido Igualdad, este partido, concebido como un instrumento político de los movimientos sociales y populares, expresa de manera certera y sin ambigüedades nada más que intereses de clase. La gestación del proyecto político que levantamos no se da en facultades universitarias ni sus principales protagonistas son profesionales de bien, creyendo que su rol en el mundo es ayudar a los más necesitados. Acá son las y los necesitados quienes construyeron su partido para ser alternativa a los otros pueblos de Chile.

Esta larga introducción tiene un sentido bien concreto: expresar públicamente la profunda vergüenza que sentimos cuando el bloque del que somos parte -el Frente Amplio- naufraga en la indefinición política, se atrapa en rencillas universitarias y extiende sus trifulcas burguesas y juveniles de tal manera que el gobierno puede continuar gobernando para los ricos sin mayores complicaciones.

El ego progre-juvenil, que define la identidad política de las dos fuerzas en apariencia más importantes del Frente Amplio, es tan grande, que no les deja ver que en verdad los medios los seguirán inflando en tanto tengan material para ofrecerles. Como partido, siendo la tercera fuerza electoral del Frente Amplio y la que expresa el más profundo y extendido trabajo territorial en varias regiones del país, tenemos ganado el derecho de expresar públicamente este llamado de atención, porque además hoy la pugna no es solo entre dos organizaciones, obligatoria y gratuitamente nos exponen al resto y no tiene derecho alguno para ello.

Con la caída definitiva del proyecto neoliberal concertacionista y Nueva Mayoría, muchos entendimos que había que hacer política en función de los intereses de las mayorías sociales del país, de los pobres, de las familias sin casa, contra la precarización de la vida. Entendimos que había que evitar desde todo punto de vista la parlamentarización del Frente Amplio porque para sostener polillas que revolotean en tornos a las luces de las cámaras ya tuvimos tres décadas de progresismo neoliberal.

Pero nada de esto, no solo no están haciendo política para los sectores más castigados por el neoliberalismo, cada una de sus declaraciones y prácticamente todas sus votaciones y abstenciones en el parlamento no hacen más que aumentar el foso en el que este sistema arroja los derechos sociales por los cuales en teoría construimos esto que llamamos Frente Amplio.

Ya va siendo hora que se dejen de mirar el ombligo y que hagan lo único que deben hacer: poner sus puestos en el congreso verdaderamente al servicio de las y los que luchan, convertirse en instrumento, ir a sacarse un rato la cresta en las poblaciones y en todos los territorios donde hoy cientos de organizaciones, en primera línea, resisten los embates del Capital.

Todo lo demás es challa.

 

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