Las bases del Frente Amplio han servido de recurso político para todo aquel que ha sentido la necesidad o la obligación de referirse a este bloque político. Ha sido en verdad impresionante, no solo la cantidad, sino también la coincidencia entre opinólogos de derecha y de alguna izquierda, situarse desde la negación a la hora auscultar la territorialidad del Frente Amplio.
Luego vino la tormenta, la primera tormenta real del bloque, y nuevamente las bases fueron protagonistas, no tanto desde el accionar concreto como –una vez más- sirviendo de recurso para columnistas, opinólogos y furibundos posteos en redes sociales de ex militantes y militantes distraídos, todos ellos con formidables recetas.
Los días 2 y 3 de septiembre, esas bases, hablarán. Esas bases, este fin de semana, en realidad harán algo más que hacer uso de la palabra, van a deliberar colectivamente. Sí, así tal cual: van a deliberar.
A quienes creyeron que no había instalación territorial del Frente Amplio, los cien comunales constituidos a nivel nacional debieran decirles otra cosa. A quienes subrayaron desde sus puritanismo ideológico que acá no había pueblo, los movimientos de pobladores, activos y con estructuras regionales y nacionales, los movimientos ambientalistas, las luchas del borde costero desde la zona central hasta la región del Bio Bio –solo por citar unos ejemplos- también debieran decirles otra cosa.
Las construcciones políticas por arriba solo pueden sostenerse en la medida que se hagan sobre una masa no deliberante, cuya articulación sea básicamente electoral, ese no es el Frente Amplio que buscamos, no es la apuesta política que el país necesita, no es parte del diálogo que supone construir un bloque que genere condiciones para que las demandas de la calle no se queden en la calle. Las expectativas generadas por el Frente Amplio no pueden hipotecarse ni en la centralización ni mucho menos en la concentración de poder de un grupo de representantes políticos, a casi ocho meses de iniciado este proceso, no sería correcto ofrecer señales de que la expresión territorial del Frente Amplio llega hasta dónde una mesa de representantes decide que llegue. Hoy es el momento de enfrentarse con honesta claridad a la idea de que si hay algo que debe definir la identidad y la práctica política del bloque no es otra que la dispersión del poder y el ejercicio del mismo desde cada espacio en que se haya constituido un comunal. Es el momento de avanzar en transformar el bloque en instrumento de lucha y convergencia, porque la transformación del país viene de la mano de todos quienes –más allá de su militancia- se enfrentan todos los días al país real, sin privilegios de ningún tipo, sin berrinches transmitidos por la prensa, sin maximalismos y generando esos pequeños aportes, de comuna en comuna, que le van haciendo sentido a vecinos, vecinas y organizaciones sociales.
Así las cosas, desde nuestro partido, creemos que el encuentro territorial del Frente Amplio debe abrir un nuevo escenario interno que exprese condiciones de participación protagónica para las y los que luchan, de otra manera, ese recambio de una parte de la elite política que tanto se ha ventilado desde la opinología política terminará siendo un vaticinio cumplido y habremos perdido –una vez más- la bonita posibilidad de darle buenas noticias a nuestros pueblos.
Que los pueblos manden!
Juan Pablo Reyes
Coordinador comisión territorial Frente Amplio
Ronald Valenzuela
Dirigente Comité de Vivienda Luchando Venceremos, Concepción
Rodrigo Ferreira
Coordinador Frente Amplio Concepción
Sergio Chamorro Avilés
Dirigente del Movimiento Territorio y Vivienda, Calama
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