Por David Espinoza
El pueblo mapuche es tan diverso como un jardín multicolor escribe Elicura Chihuailaf, por tanto hay muchas visiones respecto de la invasión chilena al Wallmapu llamada “pacificación de la Araucanía”. Asimismo coexisten diversas formas de lucha para resistir el despojo de las forestales, la discriminación e intento de asimilación por parte del Estado. Estado cooptado por los grandes poderes económicos e históricamente colonial y racista en su relación con el pueblo Mapuche.
En ese contexto, hay sectores mapuche que han decido legítimamente enfrentar este conflicto con resistencia y control territorial declarando sus territorios autónomos, organizando su autodefensa con el objetivo de reconstruir la Nación Mapuche. Debe entenderse que las motivaciones políticas de estos sectores están completamente fuera de los cálculos de los grandes medios, las redes sociales y establishment. Si eso ayuda o no a los discursos de la derecha no es parte de su valoración, o al menos, así lo han manifestado.
Por lo tanto, si cada vez que éstos realizan una acción las llamamos montajes se invisibiliza la lucha impidiendo una real comprensión del problema y es funcional a la dicotomía “terrorismo – paz” instalada por la derecha. Es cierto que también hay montajes y ataques de falsa bandera, pero existe un movimiento mapuche en lucha que no merece ser invisibilizado.
El gobierno, un día antes de asumir informó a través de los medios de comunicación que retirará 139 querellas por Ley de Seguridad de Interior del Estado a presos de la revuelta, una señal y gesto hacia sus familiares y organizaciones de apoyo antes de comenzar a gobernar. Me pregunto ¿Porqué no se hizo lo mismo con las organizaciones y comunidades mapuche? ¿Porqué el gobierno no realizó un gesto hacia los Presos Políticos Mapuche (PPM) antes de solicitar el diálogo? Debe estar sobre la mesa también, una propuesta de restitución territorial.
Es cierto que hay que escuchar y que hay que escuchar a todos. Pero cada territorio tiene sus propios liderazgos. Hay que conocerlos y respetarlos. De lo contrario se peca del mismo colonialismo que se denunció en la campaña. Con los hechos ocurridos hoy no solo quedó en evidencia que Marcelo Catrillanca no lo es, sino que además el Ministerio del Interior tiene poco conocimiento. Tal vez, bajo la presión instalada, la Ministra del quiso dar una señal pública, sin embargo, desconoció que este ancestral problema no tiene margen para este tipo de maniobras.
El gobierno, además, mostró que ha cedido terreno a la posición política de la derecha; hace 2 o 3 días, 26 alcaldes y el gobernador enviaron una carta abierta al presidente (mención honrosa al alcalde de Padre Las Casas que no accedió a firmarla) en donde solicitan a Gabriel Boric “des ideologizar” el tema y buscar una solución amplia y dialogada afirmando entre otros que el conflicto tenía a su haber 20 años y que todas las víctimas de la violencia deben ser reparadas dejando de lado demandas y excluyendo demandas importantes mapuche tales como juicio justo para sus PPM, libertad a los que sufren prisión política.
Esperemos que aprendan de este mal día, bajen las revoluciones, escuche a la gente del territorio y respete a los sectores que no aceptan dialogar aún.
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