Imagine Usted que un día descubren que su vecino roba, luego descubren que el vecino de al frente también roba, que el de la esquina también, y que en realidad varios más roban y todos en la misma cuadra. Luego Usted escucha que un fiscal, estando completamente al tanto de toda la situación, decide no continuar investigando “para no dañar la imagen de la población”. ¿Le parece muy imposible?, créame que en realidad en este país, y cuando se trata de cuidar, proteger o blindar a la clase política, eso es perfectamente posible, tanto, que fue precisamente lo que hizo el 2009 quien fuera en esos años fiscal regional de Valparaíso y hoy ni más menos que el Fiscal Nacional, el regalón de la Nueva Mayoría, don Jorge Abbott.
El 2009 a Gonzalo Cornejo, ex alcalde de Recoleta y a su esposa, la diputada también UDI, Claudia Nogueira, se les demostró el uso irregular de asignaciones parlamentarias. El Modus Operandi consistía en pagar asesorías ficticias para que esos dineros terminasen en sus cuentas bancarias. Por supuesto nunca nadie vio la cárcel. Pero, ¿Por qué recordamos todo esto?, porque en ese entonces y ante la evidencia de que esa práctica era común entre los parlamentarios, el fiscal Abbott reconoció que apelando a un sentido “de lo republicano” decidió no abrir una investigación masiva “para no golpear la imagen del Congreso”, cuestión que siete años después y ante la insistencia de irregularidades parlamentarias en las asignaciones tiene con poco cuidado a dos fiscales.
Hoy, en el marco de una investigación que nuevamente tiene a la UDI revuelta con formas de financiamiento ilegal, inventando empresas fantasmas de asesoría para que los dineros retornen a los parlamentarios o directamente al partido –también se llama lavado de dinero- los fiscales Manuel Guerra y Carlos Gajardo han tomado la inédita decisión de ampliar la investigación al conjunto de los 120 diputados del Congreso Nacional.
Y así es que se nos pasaron 26 años viendo como algunos de ustedes que leen estas palabras, cambiaban el sentido de su voto como forma de castigo: en una elección votaban por la Concertación y después por la derecha y viceversa. Uno aspira a que Usted termine por entender que el problema no era la Concertación, la Nueva Mayoría a veces y otras veces la Derecha. El problema son ambos bloques cuyas diferencias políticas se han visto reducidas a una cuestión puramente cosmética, porque el verdadero consenso se funda en el pacto de gobernabilidad y mendicidad que practican en los bolsillos de los grandes empresarios nacionales, produciendo una legislación que en materia tributaria, ambiental o económica se define siempre por la alegría empresarial y la frustración generalizada de la gente que los ve coludirse, que los ve robar, que los ve financiando ilegalmente partidos y campañas y que luego los ve en libertad porque no arriesgan nunca nada en este paraíso de los poderosos.
Córtela, en esa vieja política no hay nada bueno ni nada nuevo para Usted.
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