La aplastante derrota de Jeanette Jara este 14 de diciembre no solo es una debacle electoral para el oficialismo o una derrota exclusiva de los sectores más tibios de la izquierda chilena. Es una derrota que afecta profundamente a todas las fuerzas transformadoras y todos tenemos responsabilidad en ella. Hay una izquierda popular que se refugia en lo testimonial, que se muestra celosa de sus pequeñas parcelas de expresión territorial y que, dispersa en sus orgánicas locales y sus causas, se muestra reacia a la unidad, a la construcción política y a la presencia de partidos -incluso de los partidos clasistas- sin construir proyectos transformadores, antineoliberales o anticapitalistas. Nuestra dispersión también favorece al crecimiento del enemigo.
En los cuatro años de este gobierno progresista, los pilares del neoliberalismo no se han tocado, por el contrario. Pese a reformas sectoriales que alivian marginalmente al pueblo, gerenciar el modelo profundiza las desigualdades estructurales, alimenta frustraciones y abona el terreno para el avance oportunista de las versiones más nefastas de la derecha.
Las alianzas en que se basó el actual gobierno, con sectores progresistas en lo cultural, pero neoliberales en lo económico, inhibieron la posibilidad de construir mayorías sociales populares que desafíen en serio el modelo. Las esperanzas de millones de chilenos y chilenas se vieron frustradas y traicionadas por un gobierno que prefirió administrar el modelo neoliberal, en vez de construir la fuerza social y política para superarlo.
Las fuerzas del oficialismo debieran asumir críticamente la renuncia permanente a presentarse y representar una identidad de izquierda, y creer que se convoca pueblo cuando se disfrazan de “centro-izquierda”. El transformismo ideológico es también político y lleva al abandono de las causas populares y del pueblo trabajador. Lleva también –irremediablemente- al abandono de las cuestiones sustanciales que han definido históricamente al sector y la historia misma del país.
Hoy es más necesario que nunca volver a sentir orgullo de pertenecer a una clase y aprenden a militar y combatir desde ella. En ese empeño estamos. En ese empeño seguiremos.
Arriba las y los que luchan!!
Que el pueblo mande!!

Leave a Reply
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.