Qué tenemos que celebrar?, ¿una victoria sin banderas, sin épica, sin alegría popular desbordando las calles?. Al finalizar la campaña y coronarla con éxito, nos preguntamos si logramos demostrar el riesgo que corrían nuestros derechos más básicos, que detrás de las campañas millonarias y los discursos hipócritas de las derechas, había una legión de sicarios políticos dispuestos a profundizar todas las injusticias sociales.
La paradoja es que no ganamos nada, pero estaba en juego todo.
Este 17 de diciembre solo hemos logrado frenar la profundización de un modelo cuyas bases sentó la constitución de 1980. Nada más que eso, todo el andamiaje de abuso, de saqueo previsional, de mercantilización de derechos, se mantiene intacto y las fuerzas populares estamos aún muy lejos de lograr una victoria sustancial golpeando de manera letal el modelo. Muy lejos.
Como partido, pese a tareas relevantes en nuestro proceso de legalización, nos abocamos masivamente en la campaña del #ChileVotaEnContra porque consideramos que se trataba de un escenario que podía hacernos retroceder como país y como pueblo.
Hoy sentimos que cumplimos y que aportamos a este triunfo amargo, volvemos al esfuerzo colectivo de militar las luchas sociales más sentidas y legalizarnos, porque más que nunca se necesitan herramientas políticas para disputar todos los espacios en que las derechas han avanzado, generando una amenaza real contra todos nuestros derechos.
En el país ficticio, entre palacios y matinales, rostros de derechas y la izquierda domesticada, seguirán fingiendo un enfrentamiento que no es tal, compartiendo privilegios, comedores y en el corto plazo directorios de empresas. Abajo, el pueblo trabajador seguirá siendo testigo de ese espectáculo hasta que decida, nuevamente, golpear la mesa.
Que el pueblo mande!
Partido Igualdad
Leave a Reply
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.