La noticia política de este 23 de mayo ha sido sin duda el anuncio presidencial de la Agenda Mujer, un conjunto de iniciativas que pese a su presentación comunicacional no alcanzan para estar a tono con las demandas que estos días de saludable agitación feminista se han levantado, entre otras cosas porque el 11 de mayo pasado ya habían sido anunciadas por la Ministra de la Mujer y Equidad de Género, con lo que se puede señalar que incluso desde esa perspectiva tampoco había novedad hoy en las palabras del presidente.
Para Natalia Garrido, dirigenta del Partido Igualdad y del Movimiento de Pobladoras y Pobladores en Lucha (MPL), “cuando Piñera plantea que el ‘Estado debe promover y garantizar la plena igualdad de derechos’ absolutamente nadie podría decir algo en contra, la deuda con las mujeres de este país es histórica y entendemos que todo lo que vaya en esa dirección siempre será positivo”. “Hoy la agenda feminista está tomada de forma completamente legítima por demandas relacionadas con las diversas maneras en que se expresa la violencia sexual hacia las mujeres, falta legislación, faltan protocolos, en todo eso estamos completamente de acuerdo, pero no aceptamos que se use la temperatura social de la calle y unas cuántas consignas para instalar que el gobierno por la vía de esta Agenda Mujer termina resolviendo otras formas de violencia que significan tocar –y en serio- el modelo económico”.
Consultada por esas otras formas de violencia hacia las mujeres, la dirigenta poblacional señala de manera enfática que “las desigualdades sociales y económicas se viven y se resisten con grados superiores de hostilidad en los territorios en que las mujeres deben enfrentarse al machismo desde nuestra misma clase y padecer las consecuencias económicas de un modelo que castiga el doble cuando se es pobre y se es mujer”.
Volviendo a la Agenda Mujer presentada hoy por Piñera, Natalia Garrido sostiene que “el presidente, si quiere dar señales reales para garantizar igualdad de derechos, debiera tocarle el bolsillo a sus amigos, los dueños de las isapres y las AFP por ejemplo, porque la brecha previsional entre hombres y mujeres es en realidad un abismo, el Estado debe hacerse cargo en serio de aquellas mujeres que no tuvieron acceso a una educación superior ni al mercado laboral formal y que atendieron la casa toda la vida, el Estado debe hacerse cargo de eliminar toda forma de discriminación en el sistema de isapres, y así la lista que apunta a las relaciones neoliberales como parte central del problema de la violencia social y económica contra las mujeres se hace cada día más larga”.
Leave a Reply
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.