Por Nicolás Valenzuela Paterakis
Revista #DeFrente
-¿Qué es ser socialista hoy en el Chile del siglo XXI?
Para nosotras, en el Movimiento de Pobladores y Pobladoras en Lucha, ser socialistas en el siglo XXI significa estar organizado en el territorio. Levantar una demanda por la defensa de nuestro territorio. En el caso del MPL, la organización y lucha es por la vivienda y vida digna. Además todo esto, va de la mano de un feminismo, pero no cualquiera. Hablamos de feminismo popular y, desde hace por lo menos cuatro años atrás, hablamos del feminismo comunitario.
Este socialismo requiere de dialogo, articulación, solidaridad y autogestión. Eso significa organizarnos en comunidades y recuperar recursos del estado, recursos públicos para la satisfacción de las necesidades y las demandas del pueblo pobre.
El MPL, en poco más de 10 años, ha logrado construir cuatro proyectos habitacionales (MPL1, MPL2, MPL6 Y SAUZAL) y un proyecto de educación comunitaria dirigido a la primera infancia. Estuvimos tres años trabajando en el jardín comunitario Epuwen Dignidad. Tuvimos mucho éxito, se instaló en el primer condominio social construido por el MPL, llamado “Comunidad Las Araucarias”, en Peñalolén alto. En ambos casos con lucha y autogestión logramos rescatar recursos del Estado para levantar iniciativas comunitarias y populares.
Hoy nos encontramos construyendo en conjunto con la primera Entidad de Autogestión Inmobiliaria Social de Chile EaGIS, compuesta por profesionales con conciencia muy comprometidos, hombres y mujeres de nuestro pueblo, un proyecto habitacional de 32 departamentos (MPL3), con familias de la comuna de Peñalolén que lucharon incansablemente contra la burocracia del SERVIU, y que van a vivir en su comuna y en el barrio donde tienen sus redes familiares e institucionales. Logramos torcerle la mano al negocio inmobiliario, a los malos gobiernos de turno. Triunfamos frente a la política habitacional del desarraigo. Conquistamos un terreno en nuestro propio territorio.
En general, todo se puede autogestionar. No vamos a esperar a un gobierno democrático ni socialista para hacer el socialismo. Nosotros creemos en un socialismo autogestionario. ¡Eso es socialismo hoy! ¿Y qué es el socialismo? Es un sistema de organización económico y social en que los medios de producción y los recursos son colectivos y están a disposición de la administración popular. Hablamos del socialismo autogestionario porque lo vivimos ahora. Recuperamos recursos del Estado, en este caso de MINVU, para la construcción de viviendas sociales y recuperamos recursos de la JUNJI y el MINEDUC para levantar iniciativas de educación popular y comunitaria.
-¿Cuál crees que debe ser la labor de las organizaciones políticas en las luchas del pueblo? Muchas veces termina pasando que éstas suplantan a la organización de bases para terminar imponiendo los intereses partidarios. Usualmente en la izquierda se habla de vanguardias, pero en el último tiempo, las y los zapatistas entre otros, hablan de ser facilitadores. En esa línea, ¿estás de acuerdo con que la mesa del Frente Amplio siga concentrando el poder, en vez de que ese poder pase a los comunales de base?
Respecto de las vanguardias, nosotros como movimiento social tenemos una herramienta que es el Partido Igualdad. El partido no es la vanguardia, es la herramienta de los pueblos para levantar sus demandas. Para dar la lucha contra, desde y sin el Estado. El Frente Amplio (FA) y el Partido Igualdad (PI) son parte de la lucha desde el Estado. Ahí vamos a dar lucha ideológica, vamos a disputar el poder. No creemos que el partido deba ser la vanguardia, ni tragarse las demandas del pueblo, ni ser la figura política que lo opaque. Necesitamos una herramienta política que nos permita avanzar en la disputa del poder contra el duopolio y también para disputar al interior del FA. El PI no se traga las demandas populares, está a disposición de las demandas. Es una herramienta. Es la herramienta de los pueblos. No de un sector de la izquierda. De los pueblos organizados, de las comunidades organizadas.
En el FA está en disputa su conducción, así como también su planteamiento ideológico. Nosotros estamos en esa disputa y es lógico que la haya porque hay posturas demasiado diferentes e incluso contrapuestas. Nosotros como PI en ningún caso estamos por solidarizar con Bellolio o Calisto. Yo no sé si esa será la propuesta de la izquierda hoy en día el FA.
Uno ve los resultados de las candidaturas parlamentarias y presidencial. Nos fue bien, pero no ganamos. Yo pienso que el FA durante estos años tiene que ir fraguando una postura real, un posicionamiento que nos permita, primero que todo, declararnos anticapitalistas. Eso va en total contradicción con los liberales. No creo que podamos llegar a un entendimiento o a un planteamiento único con esas grandes diferencias con el Frente Amplio.
-Se dice que el Frente Amplio es progresista y de clases medias. ¿Qué tan cierto crees que es? ¿Qué dificultades conlleva una composición de clases de estas características? ¿Cómo podemos avanzar hacia un FA popular?
Yo creo que sí. Hay un gran número de personas dentro del FA que provienen de estas “capas medias”. Todos sabemos, desde la lectura marxista, que las capas medias no existen. Finalmente, existen los ricos y los trabajadores. No existe la clase media. Es una construcción, no se si ideológica, de la burguesía para contar con esta gente. Dividir, difuminar, confundir a la gente, dándole la idea de que puede optar a otro estatus, a una mejor calidad de vida, pero sólo si se esfuerza, si consume, si se endeuda, si estudia. Es una nebulosa que te dice que puedes dejar de ser pobre si te conviertes en la clase media. Pero al final todos sabemos lo que pasa con todas esas personas que se sienten y han tomado el ritmo de vida de la clase media. Están endeudados, no tienen derechos sociales. Un montón consecuencias les está trayendo. Y eso se traduce en pobreza.
El FA está compuesto por un número importante de compañeros y compañeras que tienen mayor educación, que tienen un mayor poder adquisitivo, pero terminan siendo igual explotados como nosotros. Puede traer dificultades a la hora de tomar posiciones. ¿Qué posición tomarán estos compañeros? ¿Van a seguir tensando o van a permitir dar el salto cuantitativo y cualitativo al pueblo? De pasar de tener un gobierno neoliberal, capitalista, servicial al gobierno de los EEUU, o van a tomar una posición que nos permita saltar eso y pasar a una ofensiva, dejar de resistir, y afirmar que estamos en contra el capitalismo, en contra del neoliberalismo, de los EEUU y a favor de los pueblos.
Se fortalece con la participación directa en los movimientos sociales. Lo que tienen que asumir estos compañeros de las capas medias que le llaman, es que el pueblo pobre existe y tiene que dejar de ser pobre. Tenemos que avanzar en dejar esa pobreza y tomar un camino hacia vivir bien, o el buen vivir. Es importante ahí el posicionamiento de estos compañeros y no se convierta en la NM y sea una real alternativa de los pueblos. Para tener un territorio liberado de la mano yanqui.
-¿Qué rol crees que van a jugar de aquí en adelante los comunales del Frente Amplio? ¿Crees que estos deben ser el espacio para organizar el trabajo territorial o deben ser un espacio de coordinación política? ¿Qué te parece que las candidaturas fueran designadas a dedo en una mesa que parecía más un directorio de una sociedad anónima que un espacio popular?
Yo creo que son ambos. Se coordinan las organizaciones políticas y se construye. Para hacia allá deben apuntar los comunales del FA. Tiene que haber un trabajo conjunto de las fuerzas que componen el FA para desarrollar un trabajo local. Para nosotros el socialismo del siglo XXI tiene un fuerte arraigo con el territorio. Si nosotros logramos como FA desarrollar esa tarea, en la que las fuerzas del FA se vinculan, se coordinan, dialogan y construyen en el territorio, vamos a romper con las cúpulas y estas hegemonías. Esa es la idea de los comunales, romper con las lógicas de las burocracias y levantar a sus territorios con sus demandas propias.
Respecto de la forma de elección de candidatos dentro del FA, esto ha sido la práctica, pero dentro del Partido Igualdad los candidatos que levantamos fueron compañeros y compañeras de lucha, que vienen hace mucho tiempo trabajando en el territorio. Fuimos además muy nobles y solidarios con otras fuerzas. Por lo mismo, por el espíritu que tenemos y creemos que tiene que tener el FA. Si las fuerzas del FA cortan de esa manera las decisiones, no es lo apropiado. Nosotros no tenemos esas prácticas. Levantamos nuestros dirigentes y dirigentes porque están ahí, tienen el conocimiento, la sabiduría y creemos que nos pueden representar.
-¿Cuál es el feminismo que necesitan los sectores populares? ¿Cuáles son las necesidades más urgentes de las mujeres populares? ¿Cómo aporta el feminismo allí?
El feminismo popular se dio fuerte en Chile en el periodo de la dictadura. Que fue la lucha que dieron las mujeres en los campamentos, en las poblaciones, donde les tocó organizarse y defender sus comunidades, frente al ataque y la invasión militar. Les tocó hacerse cargo de sus poblaciones y comunidades, de familias que estaban sufriendo la persecución, la desaparición de familiares, la violencia directa del Estado. Es un feminismo que tiene que ver más con la resistencia. Luego con la vuelta a la democracia el feminismo se institucionalizó, la lucha se redujo a talleres, políticas clasistas, showstelevisivos, y con eso las pobladoras se vieron obligadas a volver a la casa. Seguimos siendo las empleadas de las mujeres que con el discurso del feminismo, agarraron buenos puestos de trabajo en el gobierno de la Concertación.
Casi 30 años después, nos atrevemos a dar un salto cualitativo en la organización popular de las mujeres y hablamos del Feminismo Comunitario y es la práctica cotidiana de las luchas de las mujeres. Para nosotras en el MPL, el Feminismo Comunitario fue una luz que se abrió en la pelea cotidiana contra el patriarcado y el capitalismo. Es política popular y que dota de importantes herramientas para avanzar en nuestra lucha y nuestros triunfos.
Este feminismo no es un feminismo de escritorio, de ONG, es un feminismo de lucha. Está en el cuerpo de las mujeres. En las pobladoras, en los pueblos indígenas y de las trabajadoras. Sus demandas están centradas principalmente en la defensa de los territorios.
Este feminismo también afirma que el género es la cárcel de los cuerpos, cuestión que también nos diferencia del feminismo euroccidental. Nosotros planteamos que el género nos encapsula en roles para mujeres y roles para hombres. Tremendamente discriminador y desintegrador de las comunidades porque deja fuera de toda política al no-hombre, a las no-mujeres, a los intersexuales. Lo es, porque no nos permite avanzar en la liberación de las personas.
Tenemos una propuesta de memoria del movimiento feminista. El feminismo se traduce en lo que hacemos cotidianamente, está en nuestra memoria, está en nuestro cuerpo, en nuestras asambleas, en nuestras propuestas y se levanta con fuerza contra el patriarcado occidental que se ejecuta principalmente sobre el cuerpo de las mujeres. Desde el feminismo comunitario se reconoce un patriarcado ancestral. Éste se produce cuando llega España a invadir América Latina. Hay una “fusión” con el patriarcado latinoamericano. No solamente se instala como un nuevo orden, sino que se potencia y se fusiona con el patriarcado ancestral. Eso es lo que tenemos hoy en día en Chile y en América Latina.
Hay un feminismo eurooccidental muy institucionalizado, que no da cuenta de la realidad de los pueblos. Está centrado en disputar espacios de poder para las mujeres de la clase patronal e invisibiliza a las mujeres que luchamos por la liberación de nuestro pueblo.
-Estas semanas han estado marcadas por los alegatos orales en La Haya, debido a la demanda boliviana contra Chile. El chovinismo y el nacionalismo han vuelto con pantalla y prensa. ¿Cuál es el verdadero problema, a tu juicio?
Nosotros como MPL y el Partido Igualdad, siempre hemos dicho mar para los pueblos. No solamente el mar, también la tierra y el aire. Esto se solucionará con diálogo. Lo mejor que nos podría pasar en Latinoamérica es que Chile acceda al diálogo y tengamos un acuerdo entre pueblos, que nos beneficie a todas y todos. Sería una muy buena señal para el resto de los países, especialmente para países como Paraguay. Creemos que esto es fundamental para Latinoamérica y el mundo. La conversación honesta, fraterna, sincera. Entendiendo que la naturaleza no es un bien de consumo, sino que tiene derechos como lo tienen las personas.
Tiene que haber mar para Bolivia, pero también tiene que haber la recuperación del mar para nuestros pueblos. Hoy no nos pertenece, ni podemos usufructuar de él como pueblos. Ya se ha dicho un montón de veces que está en manos de siete familias.
Los productos del mar están carísimos. La extracción es desmedida. Están destruyendo el mar con el extractivismo. Se está explotando de sobremanera el mar y eso tampoco nos beneficia. Hay un total abandono a las caletas, la pobreza en estas pasó a ser miseria. En ese sentido planteamos hace mucho tiempo con los compañeros de San Antonio y los compañeros de las caletas, que el mar debe ser recuperado y debe ser para los pueblos. Estamos viviendo un capitalismo salvaje, donde las leyes son absurdas, no permiten un desarrollo real de los pueblos. Por eso decimos mar para Bolivia, mar para los pueblos.
Recuperar el mar, terminar con la ley de pesca de Longueira y avanzar hacia una ley de pesca popular, donde todos los territorios tengan acceso a alimentarse de los productos marítimos y disfrutar del mar, en términos recreacionales.
-¿Cuál es el aporte al próximo ciclo de disputa del gobierno local de la concejalía popular de Peñalolén?
Lo más importante es entender la concejalía como un instrumento de los movimientos sociales y los pueblos. Hemos sido un vehículo y una herramienta de las y los peñalolinos para defender su territorio, para luchar por sus demandas y avanzar en la vivienda. Gracias a la concejalía popular del 2011, dimos la pelea por el Plan Regulador Comunal, una pelea histórica a nivel nacional y local. Pudimos revertir un proceso que intentaba imponernos un PRC, hecho por Orrego para la Cámara Chilena de la Construcción. Este proyecto disponía del territorio para la construcción de grandes proyectos para las inmobiliarias, donde éstas iban a seguir enriqueciéndose y nosotros empobreciéndonos. Logramos revertir ese proceso y la concejalía popular fue clave. Si no hubiésemos tenido este espacio, no hubiésemos tenido idea de los planes de Orrego. Eso es importante de replicarse en otras comunas.
Somos productores y productoras sociales del hábitat construimos nuestra comuna, construimos la ciudad donde queremos vivir junto a nuestras hijas e hijos. De lo contrario vamos a encontrarnos con barrios colapsados. De hecho, ya colapsan muchos barrios en el sector oriente. Como pobladores y pobladoras tenemos que construir nuestra comuna según las necesidades que nosotros tenemos y no según las necesidades de las inmobiliarias y del capital.
La concejalía popular además, es importante por la información que se puede traspasar a las comunidades. Salud, educación, lo comunitario, la vivienda, patentes comerciales, etc. Ahí la concejalía popular tiene que ejercer control e ir generando las condiciones para el gobierno comunal de las y los que luchan. Devolverle la dignidad a los nunca, los nadie, los sin, y crear poder popular para vivir bien.
Leave a Reply
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.