El estallido es la épica de un pueblo que se cansó de tanto abuso, injusticias y corrupción. Un estallido sin conducción ni proyecto que sacudió brevemente el país, sin alterar de manera sustancial el régimen político ni el modelo económico. Lo sustancial del descontento persiste y los abusadores de ayer, igual que los tibios, siguen en el poder.
Así como cinco años después no hubo respuesta a las demandas, tampoco hay proyecto político que logre interpretar la radicalidad con la que nuestro pueblo salió a las calles. Falta izquierda con coraje, falta izquierda rebelde. Falta una izquierda dura que no maquille discursos y vaya de frente, que confíe menos en las instituciones y más en la fuerza creadora de nuestro pueblo.
Hoy es día de memoria, respeto y reflexión, es pensar en los muertos, los mutilados, los heridos y los presos.
Hoy es día de tomar aliento para seguir luchando.
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