En lo últimos 10 años, el negocio de la isapres ha facturado una cifra que bordea los 600 mil millones de pesos. Algo extraordinario tomando en cuenta que presta servicios –en apariencia- solo al 18% de la población chilena.
¿Cómo es que llega a tales niveles de utilidades entonces?, primero, por la pasividad y la complicidad de una clase política que tiene acceso a financiamiento desde el mundo empresarial y que lógicamente no se atreve a tocar en serio este multimillonario negocio. Segundo, se trata de un negocio que por la vía de tablas de siniestralidad, que aunque ilegales nadie se ha atrevido a quitarlas del sistema, discrimina por edad, por género, por etnia y por preexistencias. Y tercero, lo de salud privada es en realidad un mito: El Estado, por la vía del copago y las prestaciones de servicios, le inyecto anualmente al sistema privado varios miles de millones de pesos.
Hoy en Chile hay menos camas disponibles en los hospitales que hace una década. La deuda hospitalaria se ha multiplicado y desde el gobierno de Ricardo lagos que se viene promoviendo la concesión a privados de recintos de salud. A todas las luces quieren el colapso total del sistema público de salud para transformar lo que quede en otro formidable negocio para unos pocos.
Lo que está en crisis es el Estado Subsidiario en todos los ámbitos, fortalecer lo público en beneficio de las mayorías contra la privatización de los derechos sociales es nuestra única meta.
Que los pueblos manden!
Leave a Reply
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.