Las veces que nos llamaron a frenar a la derecha:
1999 Lagos/Lavín
2005 Bachelet/Piñera
2009 Piñera/Frei Ruiz-Tagle
2013 Bachelet/Matthei
Al final, terminamos poniendo los votos para que respondieran vendiéndole hasta el alma a las grandes empresas, de ahí nace el financiamiento ilegal de la política, la ley de pesca, las concesiones de carreteras, el CAE, la despenalización de la colusión empresarial, la militarización de la Araucanía y la verdad sabemos que la lista puede ser enorme.
Al Frente Amplio se le pueden criticar muchas cosas, pero para frenar a la derecha -en serio- se requiere una fuerza política con la capacidad de transformar el modelo que protege esa derecha y era necesario acabar con quienes disfrazados de progresismo y de izquierda en la práctica fueron completamente funcionales a los intereses y privilegios del 1% de la población que concentra más de un tercio de la riqueza que el país produce.
Hemos sostenido que hoy se enfrentaban en las urnas dos alternativas políticas de un mismo modelo, y viene siendo así hace mucho tiempo, por eso nos resistimos al chantaje del “todos contra Piñera” pero fuimos parte, desde el Frente Amplio, de un TODOS CONTRA EL MODELO, en eso estamos, en eso seguiremos estando, la temperatura electoral del momento no nos nubla, nuestra apuesta es a largo plazo y comenzó también hace tiempo.
Esta vez, en que la derecha económica se impone nuevamente en las urnas, lo que viene ya no es el Chile del 2009, la articulación para las luchas en curso y las que vendrán superan la capacidad movilizadora en las calles e incorporan una presencia potente de parlamentarios que tendrán que ser consecuentes con el programa de gobierno en cuya construcción participaron miles de personas. El Frente Amplio no se construirá por arriba ni debe ceder a la idea de hacer política en los pasillos lejos de la gente y los movimientos sociales, ahí no puede haber confusión posible, toda capacidad transformadora debe descansar en la capacidad de desplegarnos en todo el territorio para estar presentes en todas las luchas.
El periodo que se abre esta noche ya no será de resistencia, debe ser de progreso, de construcción de victorias cotidianas y por sobre todo de preparación para gobernar levantando un programa que contenga expresiones genuinamente transformadoras sin perder nunca este horizonte irrenunciable: la felicidad de los pueblos.
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