El Coronavirus: Virus conquistador.

Por Diego Villas

1 ) Lectura de Coyuntura.

El Coronavirus fue declarado Pandemia Mundial por la OMS el 1 1 de Marzo de 2020, y ha superado ya el millón de contagios a nivel mundial, y ha sobrepasado con fecha de ayer (02 de Abril), las 50.000 muertes. Si bien, este pandemia se encuentra todavía muy por debajo de las muertes causadas por la Viruela, el Sarampión, la “GripeEspañola” y la Peste Negra, es indudable, que nos encontramos ante la primera pandemia a la que se enfrenta el capitalismo en fase global y de desarrollo altamente tecnológico, y la primera que está poniendo a nivel mundial en entrevero la continuidad del Sistema-Mundo de Dominación. Quizás uno de los esfuerzos más fecundos ante el momento histórico es el intento de caracterización de la Crisis provocada por el Covid-1 9, como parte de la configuración de un análisis concreto de la coyuntura mundial y regional en Nuestra América. Así, consideramos que la Pandemia posee al menos 5 dimensiones relevantes, que explicaré brevemente:

i. Dimensión Cultural-Civilizatoria: El coronavirus ha profundizado la crisis civilizatoria del Capitalismo Neoliberal como proyecto de sociedad y de la modernidad hegemónica como forma de vida que esconde la miseria, y de relacionamiento con la naturaleza.

ii. Dimensión Económica: Se estiman las pérdidas en razón del Coronavirus en $280.000 millones de dólares para el primer trimestre de 2020, lo que ha profundizado la tendencia recesionista en la esfera de la producción, del intercambio y del consumo. Además, ha catalizado la precarización del mundo del trabajo, y está profundizando los enclaves de pobreza ubicados en las sociedades neoliberales.

iii. Dimensión Represiva: La pandemia ha acentuado el desarrollo de políticas sanitarias que son vigiladas en su cumplimiento por fuerzas militares y de orden, y que han tendido a profundizar el control social y personal de los pueblos, con pretensión de “auto protección de las sociedades”. Esto normaliza el control social y la gestión militarizada de la vida ante conflictos sociales, sanitarios y/o de otra índole.

iv. Dimensión Urbana: La híper-densificación de ciudades terciarias periféricas o pericentrales ha representado un acelerante para la expansión explosiva del virus. Se le presenta como inmanentemente explosivo, dejando de lado las formas en que el carácter neoliberal de la urbanización facilita su expansión y el contagio pandémico, en países en que se preserva el funcionamiento de las actividades económicas rentables. Asimismo, el Coronavirus vuelve central la histórica tensión entre lo rural y lo urbano, como espacio de intercambio de bienes de primera necesidad que permiten sostener la vida y la importancia del campesinado como sujeto político en el siglo XXI.

v. Dimensión Sanitario-Estatal: Dado que se desnuda el desmantelamiento de las herramientas de las sociedades políticas para enfrentar crisis sanitarias de proporción, en un periodo de la historia caracterizado por fenómenos virales relativamente constantes, lo que se ha vinculado al vaciamiento del Estado como espacio de gestión de Derechos Fundamentales y de protección ante situaciones que amenacen la vida de los ciudadanos.

Es decir, a modo de primera conclusión analítica de la lectura coyuntural de la crisis, podemos señalar que ésta hace visible el claro oscuro donde habita el monstruo que surge en el momento en que lo viejo no termina de morir y lo nuevo no termina de nacer. En ese sentido, es claro que luego del Coronavirus “todo será distinto”, de hecho, ya nos enfrentamos a formas de dominación diversas a las que estamos acostumbrados, “todo está siendo distinto”. El punto es que no hay garantías de un horizonte de emancipación y de superación del Capitalismo en favor de formas territorializadas, comunales y socialistas “después del Coronavirus”. De hecho, el peligro de que la crisis sanitaria favorezca la conformación de Estados Policiales de características represivas, en favor del control social que garantice la “salud”, está completamente abierto. Esto entonces puntualiza el desafío de las izquierdas y de los sectores populares, de articular formas de resistenciasolidaria por la sobrevivencia del pueblo a la crisis, que permita configurar ámbitos organizativos en el presente que tengan su expresión política en el desarrollo y en el desenlace de la pandemia.

Esta generación de alternativas requiere, para ser viable, de ser capaz de anticiparse a la pregunta de ¿Quién pagará la crisis?, entendiendo pagar, no solamente por la dimensión económica de la misma, sino también en su fase represiva, en su dimensión Estatal o en su dimensión Urbana. El Coronavirus, las cuarentenas en todo el mundo y las más de 50.000 muertes que ha provocado, develan el carácter de sociedad de Clase del Capitalismo, en tanto los sectores gobernantes y dirigentes en todos los países Capitalistas han demostrado un claro desdén por la vida de las y los trabajadores, dejando sobre los hombros de los pueblos cargar con los costos de la crisis. Somos nosotros, los pueblos quienes estamos siendo reprimidos en distintos territorios por no respetar las cuarentenas para asegurar ingresos mínimos para nuestras familias, somos los pueblos los que somos expulsados de las ciudades a espacios poco salubres, sin servicios de salud de calidad y sin posibilidades laborales reales, somos nosotros y nosotras quienes debemos atendernos en sistemas públicos desmantelados, precarizados sin elementos de seguridad, sin respiradores artificiales, sin dignidad, o debiendo endeudarnos simplemente para salvar nuestra vida orgánica. Somos los pueblos quienes, como quiere la burguesía, pagaremos la crisis, siendo híper-explotados, mediante el recurso a la plusvalía absoluta o a la precarización y flexibilización de las formas laborales. Esta es la segunda conclusión, preliminar y en disputa: Los sectores más humildes somos quienes no podrán comer si se extienden las cuarentenas, los que saldremos a saquear para alimentar nuestras familias, los que seguiremos trabajando para mantener una base de recursos mínima, somos nosotros los que además de temer a morir por Coronavirus, vemos con incertidumbre y temor el escenario de pobreza que nos acecha “cuando pase el Coronavirus”, porque el Capital quiere hacer pagar a los trabajadores y trabajadoras, el lastre de su propia crisis. Debemos desahuciar esta forma de vida, que si no nos mata de Coronavirus, nos mata de hambre y de miseria.

2) Situación en Chile, estadística y “pequeña” lectura nacional.

Ahora, en Chile los últimos datos emitidos por el Gobierno durante esta mañana, dan cuenta de la existencia de 3737 contagios, y de 22 muertes. Así, el Gobierno ha declarado en cuarentena cerca de 9 comunas, ubicándose 6 en la Región Metropolitana, Isla de Pascua en Valparaíso, Chillán en Ñuble y Punta Arenas en la Región de Magallanes. En nuestro país, los contagios aumentan cerca de 300 casos diarios, y las muertes comienzan a volverse frecuentes. Así, el gobierno ha justificado las muertes por la existencia de enfermedades en ancianos, lo que es un sinsentido, dado que gran parte de la tercera edad tiene enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión, afecciones cardiacas y problemas respiratorios, es decir, están dictando una sentencia de muerte para la tercera edad de los sectores populares, dado que no dudarán en dejarlos sin atención por sus “otras enfermedades”.

Las organizaciones sociales consideramos que la magnitud de la crisis en Chile, es responsabilidad de Sebastián Piñera, Jaime Mañalich (Ministro de Salud),su gobierno empresarial y de la elite de nuestra sociedad. Los primeros han sido incapaces de implementar medidas que eviten contagios exponenciales del virus, en resguardo de la vida de los pueblos, y sólo han generado mecanismos de desprotección de los trabajadores (Dictamen 1 283-006 Dirección del Trabajo, y nueva Ley de “Protección del Empleo”). Los segundos, han desoído las restricciones impuestas por la autoridad, expandiendo indiscriminadamente el virus, y han obligado a trabajadorxs a mantener la producción a costa de su propia vida.

Es evidente que quienes seremos las y los más golpeados por la emergencia sanitaria somos las familias pobladoras y trabajadoras más humildes que habitan el país, quienes no tenemos la posibilidad de quedarnos en nuestros hogares por voluntad propia para evitar contagios, porque si no trabajamos no comemos. Seremos las y los más golpeados además porque es el Sistema Público de Salud el que ha sido desmantelado por parte del neoliberalismo y por la Constitución del 80, que nos priva del acceso a la vivienda, pero también del acceso a la Salud de Calidad y oportuna. Nuestro sistema de salud ya se encuentra colapsado sin la presencia del Coronavirus, y con esta nueva situación no dará abasto si no se da un golpe de timón al curso de los hechos.

3) “Después del Coronavirus”.

Se observa de parte de las Organizaciones Sociales y Políticas del Pueblo un fuerte retraimiento y una suerte de cuarentena voluntaria de las mismas, ante la crisis sanitaria desatada en Chile y el mundo. Aquello mantiene a la militancia social y a amplios sectores del pueblo desorientados y golpeados profundamente por el miedo al virus y a la pobreza, la falta de dirección política organizada y por un gobierno que viola los Derechos Humanos, que ha intentado usar la crisis para fortalecer las lógicas neoliberales y desviar la atención de la crisis social que atravesamos, y que ha tomado medidas insuficientes para garantizar la seguridad sanitaria y social del pueblo.

Así, las organizaciones y partidos han tendido a realizar análisis de cómo se vincula la crisis del Coronavirus con el proceso Constituyente en curso, que se retomaría “después del coronavirus”, o con el posible estallido social que se experimentaría “después del coronavirus”, por la rabia acumulada ante la falta de dignidad, la desprotección de los trabajadores y que la burguesía está imponiendo que los pobres paguemos la crisis.

Si bien, es probable que retomemos el camino Constituyente que levantó el pueblo, y que ese camino se configure gracias a una nueva sublevación de los pueblos en Chile, el énfasis creemos en Igualdad debe estar puesto en “Vivir, Volver y Vencer”. Así, Vencer, requiere conservar nuestras vidas, las vidas del pueblo. Para mantener las vidas del pueblo, en nuestro Partido hemos levantado un plan de demandas ante la Crisis Sanitaria, pero también somos parte del estupor del pueblo ante el Coronavirus, y estamos intentando levantar cabeza desde las bases territoriales, para levantar la cabeza junto al pueblo, con prácticas de solidaridad vecinal para el acceso a alimentación y bienes de primera necesidad, así como con prácticas de cuidado comunitario ante la expansión del virus.

4) Plan Salud Despierta, Partido Igualdad.

El Partido Igualdad ha trabajado en una serie de acciones, propuestas al movimiento popular y exigencias al gobierno que ponen énfasis en el proceso social en curso en Chile, como en la importancia de la organización popular como instrumento de enfrentamiento del Coronavirus. Esta propuesta posee ejes 5 ejes, cada uno con diversas propuestas que se expresan tanto a nivel de la lucha desde, contra y sin el Estado, que son los principios de nuestra militancia en la lucha por el Socialismo. Así, los ejes son:

1 . Ofensiva Social: La Solidaridad y la Organización como primera defensa.
– Redes de distribución alimentaria y de bienes de primera necesidad, con énfasis para población de riesgo, y redes vecinales de cuidados.
– Mantener la movilización popular, de forma creativa y responsable.

2. Emergencia Institucional: Fortalecimiento del Sistema Público de Salud.
– Fondos extraordinarios de financiamiento al Sistema Público, que garantice gratuidad en el examen y en el tratamiento del Coronavirus.
– Financiamiento para aumentar camas críticas y respiradores artificiales, así como personal de salud y elementos de protección personal.
– Fijación de Precios de Insumos Sanitarios y Artículos de primera necesidad.
3. Seguridad Social: Protección de Trabajadorxs y Pobladorxs ante la crisis.
– Prohibición de despidos, y garantizar sueldo íntegro de trabajadores. Salario mínimo garantizado a trabajadores independientes y cuenta propia.
– Suspensión pago de servicios básicos, deudas hipotecarias y prohibición de desalojos.

4. Ofensiva Internacional: Solidaridad Nuestro Americana y Responsabilidad Mundial.

– Vínculos con Gobierno Cubano para importación de Interferón Alfa 2B.

5. Apoyo a la Ciencia y Tecnología: Investigación más allá de la lógica del Capital.

5) “Durante y a través del Coronavirus”.

De todo lo planteado, me gustaría ensayar 4 conclusiones, que intentan recoger la multidimensionalidad tanto de la crisis del Coronavirus, como del Poder Popular como mecanismo de auto-defensa. Las conclusiones giran en torno a la tesis de que las izquierdas y las organizaciones deben tomar acciones concretas hoy en torno al qué hacer respecto de la Pandemia, y no solamente refugiarse en un incierto y abstracto “después del Coronavirus”. Esas acciones concretas se deben realizar en marcos de responsabilidad, evitando contagios y la expansión de la enfermedad, pero logrando impulsar elementos que tensionen hoy el carácter de crisis civilizatoria del Coronavirus y que nos permita abrir la posibilidad de salida de la Pandemia, es decir, una táctica “Durante y A través del Coronavirus”:

i. Una primera conclusión dice relación con que el primer objetivo de una táctica sustantiva ante el Coronavirus debe ser que la clase trabajadora, que los pueblos sobrevivan al Virus, tanto en su tendencia sanitaria, como en su tendencia al empobrecimiento. Es decir, debemos impulsar: a) Presión al Gobierno central para que tome medidas concretas de protección ante la Pandemia, que eviten el contagio, y garanticen la vida del pueblo; b) Desplegar prácticas solidarias a nivel barrial que permitan identificar población de riesgo y apoyarla en términos sanitarios o en términos de acceso a bienes básicos o alimento; c) Fortalecer la organización social vía medios tecnológicos o no presenciales, que permitan el desarrollo de tareas anteriores sin riesgo de contagio.

ii. La segunda conclusión se vincula al carácter de crisis económica del Sistema Capitalista en su fase Neoliberal que representa la Pandemia. Las crisis en primer lugar representan un reordenamiento del capital, basado en la destrucción de fuerzas productivas y en la capacidad de acumulación de sectores dominantes. Aquella acumulación, que crea nuevos sectores burgueses, se basa en el saqueo garantizado por el Estado (Arriendos de espacios privados para utilizarlos de hospitales de emergencia) de recursos generales del mismo y de los trabajadores, y se basa en la híper explotación, como recurso a la plusvalía absoluta (extensión de la jornada de trabajo) y el aumento de la actividad laboral en los trayectos de salida de la crisis. Así, una gran conclusión tiene que ver con que los sectores populares impulsemos que la Crisis la paguen los Capitalistas, la Burocracia y la Burguesía, y no el pueblo.Lo anterior por tanto, presupone la sobrevivencia de la clase trabajadora, pero también la acumulación de fuerza social en un contexto extremadamente complejo, que nos permita impulsar medidas que eviten los despidos masivos, los desalojos arbitrarios, la pérdida de beneficios sociales, o el pago de la crisis con recursos de trabajadores.

iii. La última conclusión, que intenta articular las 5 dimensiones de la crisis, así como una estrategia “Desde, Contra y Sin el Estado”, es aquella en que impulsamos: a) La construcción de modelos de vivir y habitar alternativos al Capitalismo en su fase Neoliberal, HOY. Es decir, una gran conclusión de la Pandemia por Covid-1 9 es que lo que está en crisis es la forma actual de urbanizar, de producir y de distribuir la riqueza socialmente producida, de alimentarnos, de construir sociedad política, de garantizar nuestra seguridad y salud, y de percibir la realidad. Por lo anterior, querer superar el Coronavirus y hablar de lo que sucederá “Después”, es una postura profundamente conservadora, puesto que no se hace cargo de la necesidad de que la crisis multidimensional descrita se transforme en un proceso revolucionario local, regional y mundial. Aquello requiere re articular prácticas ancestrales, re vincular al sujeto “campesino” con las organizaciones sociales urbanas, y crear prácticas autogestionarias de acceso a la sociabilidad, a nivel económico y de acceso a la alimentación, que nos permitan sobrevivir articulando hoy una alternativa que haga surgir desde las contradicciones actuales y concretas del sistema de dominación, un sistema-mundo alternativo, Socialista y Comunitario; y b) Salvaguardar, solidarizar y fortalecer los proyectos Socialistas que representan una alternativa efectiva al Sistema-Mundo de dominación, como Venezuela, Cuba, etc., en tanto representan un eje fundamental para la articulación de una red regional, continental y luego mundial de organizaciones territoriales y Gobiernos Populares, que tiendan a la superación del Capitalismo y del Estado-Nación Liberal Burgués como espacios de organización de la vida en comunidad.

iv. Para terminar, y como consecuencia de la estrategia ya delineada, es fundamental visibilizar que el Capitalismo en su fase Neoliberal es incapaz de asegurar el futuro de la Humanidad, la vida del pueblo y la dignidad de nuestra existencia, garantizando mediante nuestras prácticas, acciones y propuestas que la crisis sea la palanca o el catalizador de un proceso revolucionario local, regional y eventualmente mundial. Lo anterior requiere por tanto, la ejecución de la táctica “durante y a través” del Coronavirus, logrando organizar a los sectores más golpeados por la crisis a nivel sanitario y a nivel económico-alimentario, bajo prácticas exitosas de resistencia ante la crisis y de autogestión de nuevas formas de vida en comunidad, siendo aquel sujeto-pueblo el que lleve adelante el proceso de transformación antes descrito.

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