COMUNICADO PÚBLICO FRENTE AMPLIO BIO BIO
Por una nueva relación entre el Estado Chileno y los pueblos originarios: Autodeterminación e integración.
En las últimas horas hemos visto con enorme congoja y dolor las innumerables e indesmentibles imágenes que dan cuenta de la extrema militarización de La Araucanía. Hace un par de semanas, cuando fue declarada zona de catástrofe, hubo denuncias fundadas y documentadas de la innecesaria presencia militar en torno a las comunidades mapuche movilizadas por legítimas reivindicaciones históricas. Mientras un espeso manto comunicacional parecía no dejar dudas acerca de la “responsabilidad” de “terroristas mapuches” en el origen de los incendios que aún sacuden el Sur del país, en las redes sociales se abrían paso las imágenes de camiones que salían desde las comunidades mapuche con ayuda concreta para los campesinos damnificados por los incendios.
Esta semana, toda la zona cercana a la Comunidad Autónoma de Temukuikui iniciaba los preparativos para la ceremonia ancestral del Nguillatún que esperan realizar este sábado y domingo. En ese marco, nos hacemos eco de las denuncias en torno a un hostigamiento policial prácticamente sin precedentes que incluye helicópteros, disparos con armas de fuego, uso desmedido de gases lacrimógenos y múltiples allanamientos sin orden judicial.
Hay decenas de familias que no pueden abandonar sus comunidades para dirigirse al Nguillatún, las que han podido salir, son fuertemente hostigadas por contingentes de Fuerzas Especiales de Carabineros en los caminos, sin importar la presencia de niños y de niñas, principales víctimas de este clima de violencia cuya autoría fijamos en las autoridades políticas de este gobierno, particularmente en la persona del Ministro de Interior, don Mario Fernández.
Expresamos nuestra más sentida solidaridad con las comunidades hoy asediadas y emplazamos al gobierno a que se defina -de una vez por todas- si está por el uso de la fuerza en La Araucanía o por la búsqueda de caminos de diálogo político en base a la autodeterminación que legítimamente se reclama.
No será llevando a la región más material de guerra ni más efectivos policiales o militares que se resuelvan las demandas históricas mapuche. Para nosotros y nosotras, las respuestas están en la fundación de un proceso social, político, cultural y económico -abierto y deliberante- que repare políticamente y restituya territorialmente.
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