El peruano conchetumare, el negro culiao y la colombiana maraca.

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Hace unos días, en lo que era una muy evidente estrategia comunicacional, la derecha salió a “tomar la bandera” contra la inmigración ilegal. Haya temas que les son completamente naturales y tiene la capacidad de instalarlos y hacer que una parte sustancial del debate político gire en torno a ello. En otras palabras, la derecha es experta en el uso masivo de pirotecnia y la implementación de cortinas de humo densas y enceguecedoras.

Luego de las palabras de Piñera respecto a que gran parte de la delincuencia que registra el país es de extranjeros, los perros chicos salieron a reforzar las declaraciones del amo y así es que diputados, alcaldes, senadores o dirigentes de “Chile Vamos” han reforzado la idea de que la inmigración es para Chile un problema de seguridad. De esta manera fue que la derecha en bloque le bajó la cortina a un problema que era de verdad serio: Un presidente de la república, en litigio marítimo internacional con la República del Perú, al mismo tiempo que decía defender los intereses nacionales –así le llaman ellos- compraba acciones de una de las pesqueras más grandes de ese país, EXALMAR.

Luego ya no hubo más debate, incluso pasó bastante desapercibido que en septiembre de este año la empresa familiar de Piñera volvió a comprar más de 80 millones de dólares en acciones de EXALMAR. No fue más tema porque ya sabe Usted que haitianos, peruanos y colombianos nos tienen escondidos en nuestras casas sin poder salir. No fue más tema porque ya sabe Usted que con tanto extranjero la economía se deprimió, como si los extranjeros fuesen solo pobres migrantes y no potentados empresarios han hecho formidables fortunas sobre la explotación de enormes masas de trabajadores.

¿Pero sabe qué?, hoy se publica que los delitos de mayor connotación social registran la tasa más baja de los últimos 10 años. Carlos Gajardo, el fiscal para casos de Alta Complejidad ha declarado que “Los inmigrantes no delinquen más que los chilenos” y publicó en su cuenta de twitter que “Cuando las palabras confunden, los números aclaran: Los inmigrantes no delinquen más q los chilenos y ya existen herramientas para expulsar” a extranjeros que delinquen.

Y en efecto, anualmente Chile expulsa del país en promedio al 2% del total de hombres y mujeres que llegan a nuestro país. El año pasado 2.283 personas fueron expulsadas en conformidad a las leyes nacionales que como dice Gajardo, ya existen, no son invento de la derecha.

Así las cosas, finalmente sabemos que da exactamente lo mismo que el discurso de Chile Vamos se sostenga solo en la mentira y en la necesidad de ocultar las sucias huellas que deja Piñera en su doble rol de empresario y presidente. Las buenas palabras, las declaraciones sostenidas en estadísticas reales, la demostración concreta que la inmigración no altera las tasas de delincuencia que ya existen, no sirven de nada.

Sabemos que la propiedad de los medios de comunicación es de lo que depende que la derecha siga vinculando la delincuencia con los extranjeros porque saben que ahí hay un nicho, porque saben que “el peruano conchetumare, que el negro culiao y que la colombiana maraca” están ahí, en el ideario popular, en el almacén, en los andamios de la construcción, en las calles, en los pasajes y en las reuniones de curso y que con apenas un poquito de esfuerzo se enciende la mecha y estamos a la vuelta de la peor parte que tiene el facho chileno: su patético nacionalismo.

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